
Se decia de esta piedra que podía convertir cualquier metal en oro. Y esta era la obsesión de nuestro amigo. Descubrir el secreto y erradicar la pobreza de las gentes de su pueblo.
Cuenta la leyenda que alcanzo el exito ya que descubrio la formula, pero a un alto precio. Para que la formula funcionase era necesaria una porción de su propia sangre.
Nuestro heroe se lanzo a las calles y repartio todo el oro obtenido entre sus vecinos as necesitados. Pero se le acabo. Asi que volvio a su laboratorio para hacer mas.
En cuanto la noticia se corrio por el reino, largas colas se formaron a la puerta de su casa. Pobres, hambrientos y necesitados se agolpaban para conseguir parte del oro del alquimista.
Pero tambien acudieron truhanes, ladrones y vividores para sacar tajada del hallazgo. El alquimista lo sabia, pero pensaba para si - "A mí, nada me cuesta y asi hare felices a todos"-
Y asi siguio fabricando oro a costa de su salud. Pero nunca era suficiente. Como a la gente no le costaba ningun esfuerzo conseguir el oro, no lo valoraban y lo gastaban alegremente en fiestas y caprichos. Nadie tenia en cuenta los sacrificios del alquimista.
Y asi, con el tiempo nuestro amigo enfermó a causa de la perdida de sangre hasta que se consumió y fallecio. Como fuera que murió sin descendencia y nadie se molesto en apender la técnica, se perdio la formula del oro. Y a los pocos meses nadie se acordaba ni del alquimista ni de su oro. Los pobres eran igual de pobres y los ricos tambien...
Y os preguntareis el porque de este cuento... es mi ora de intentar evitar que un amigo acabe como el alquimista y no habrá logrado nada.
Toma nota. Ofrece tu amistad a quien la gane, haz feliz a quien lo merezca y así tu amistad y tu afecto no perderan su valor.
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